Bienvenido, Bienvenida

En este momento me gustaría estar hablando contigo, frente a frente. Con un café, o una sopa. Con una flor o tres tigres blancos. Contigo. Pero tu humanidad se me escapa, así que te escribo estas cosas, para que imaginemos estar conversando frente a frente, con un café, una sopa, una flor, tres tigres, el cielo....

lunes, 27 de marzo de 2017

EL MORISQUETO



Amo las palabras. Toda la vida he lidiado con ellas en el mejor sentido. Sus significados cambiantes, sus formas estrafalarias, y la manera en que interpretamos su sentido. La lexicografía entonces me entusiasma, tanto como el helado de chocolate.

En todos los diccionarios con los que me arropo, no encontré esta entrada, que es como le llaman a las palabras en estos adminículos. En ninguno. Por ahí aparece como un toro de El Juli, un capo de algo, pero como palabra, no. Ninguno.

Siempre he insistido en que lengua, es cultura. De alguna manera, nos define. Dice de nosotros, de lo que sentimos, pensamos creemos. Solía pensar que era como la masa del pan: se le puede dar cualquier forma y sabor. Pero descarté esa metáfora, porque el pan, luego que entra al horno, ya no se puede cambiar. Entonces prefiero pensar que más bien es como el agua. Adquiere la forma del recipiente en el que entra. En este caso, nuestra cultura, experiencia, nuestra forma de pensar.

Encontré por supuesto “morisqueta” que en el todopoderoso diccionario de la RAE indica: “carantoña, mueca”. O ya bien “arroz cocido sin sal, propio de Filipinas” y además “acción con quien alguien pretende engañar, burlar o despreciar a otra persona”.

El morisqueto  ¿es entonces un invento panameño? En mi personal diccionario, mi lexicografía particular y cariñosa, podría decir que es “individuo de cualquier sexo que expresa con su rostro, su conducta, su cuerpo un estado de ánimo laxo, cómico, animado y generalmente alegre, próximo al ridículo, pero feliz”.


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Ciertos programas de televisión que tienen como objetivo mayúsculo la burla de sus semejantes, han dado carta de autenticidad al morisqueto, pero lo relacionan con el típico borrachín callejero que no tiene inhibición alguna para bailar, cantar, abrazar, besar. Debe haber morisquetos en todas partes del planeta. Pero les aseguro que la palabra y lo que define, es panameña.