Bienvenido, Bienvenida

En este momento me gustaría estar hablando contigo, frente a frente. Con un café, o una sopa. Con una flor o tres tigres blancos. Contigo. Pero tu humanidad se me escapa, así que te escribo estas cosas, para que imaginemos estar conversando frente a frente, con un café, una sopa, una flor, tres tigres, el cielo....

viernes, 7 de mayo de 2010

Lo que sigo imaginando para el 2025

Me piden que trate de imaginar los veinticinco años que siguen en este siglo sin Fredy Mercury.; sin la sencillez perturbadora de Einstein ni la palabra acuchillante de Alen Ginsgberg. Me piden que imagine dos décadas y un lustro y ni siquiera sé si el tiempo seguirá midiéndose de esta manera. Si a algún déspota se le ocurrirá decretar, al mejor estilo de los Bush, que el día tendrá 7 horas para los pudientes y 30 para los “desechables” que buscan latas para vender y un rincón para malvivir. 12 horas para los magistrados y 30 para los ex convictos de biblia bajo el brazo.

Imaginar es un ejercicio de amplia dificultad para el que se necesita coraje y memoria. Me ubico entonces en la teoría que maneja mi amigo Pedro, “Panamá es dos países a la vez: el país de Victoriano Lorenzo y el país de Mandrake”. Entones pienso que en el país de Victoriano, una generación de nuevos lectores, músicos, pintoras, bailarines, poetas, médicas, ingenieros hidráulicos, fabricantes de ladrillos, pasacables, y emprendedores diversos, estudian, se preparan y hacen lo que tienen que hacer de la mejor manera posible, sabiendo por qué lo hacen. Una generación que entiende el significado del bien común y defiende la idea de que la pobreza de unos nos hace más pobres a todos. Jóvenes que participan para modificar su entorno de manera positiva. Educan a sus hijos en la inclusividad y la tolerancia, el amor y curiosidad por la naturaleza, el estudio, la crítica informada y la belleza (no la de las marcas sino la de la autenticidad). Que se defienden de la agresión mediática con argumentos y buen sentido del humor, de la estupidez con el ejercicio franco y sereno del criterio, de los prejuicios con información y capacidad para la innovación.

Lo lamento, pero también tengo que imaginar el país de Mandrake, porque nadie me ha demostrado aún que los paraísos existen. Creo que persistirá la corrupción, del mismo modo que la ciencia no ha podido con el cáncer o el sida. Habrá desde el que se roba una donación para damnificados o no hace su trabajo aunque le paguen, hasta el que pasa leyes inconvenientes para los más, convenientes para los menos. Desde el que justifica con consignas trasnochadas los actos violentos, hasta el que deja salir libres, coima de por medio, criminales de terror comprobado. País del chupa y conversa, fuma y olvida. Yo le apuesto al país de Victoriano, y por ese vivo y trabajo. El otro, solo sé que existe y mi tarea es evadir sus efectos y ayudar a mis paisanos a entender las múltiples ventajas de pelear por el otro. Quien quita, y en el mejor de los mundos, ganemos esa pelea.
Consuelo Tomás, poeta.