martes, 23 de diciembre de 2014

LA MEMORIA COMO TEMA EN EL ARTE I

La naturaleza en su infinita sabiduría nos dotó de la capacidad de retener información, con el único propósito de sobrevivir. La memoria es parte del equipo de habilidades de las que fuimos dotados desde antes que el primer humano se pusiera de pie. Pero a la biología, le tenemos que sumar la cultura, que dota al humano de poder. Poder sobre los elementos, control sobre los factores, capacidad para ir hacia adelante o hacia atrás, como la rueda. Así, la cultura diferencia a la especie humana del resto, con un cerebro privilegiado cuyos límites ciertos aún no se conocen. La ciencia, parte de la cultura, porque una de las condiciones de ésta es la indagación. Ahí, la cosa se divide. Buscando explicación sobre las cosas y los fenómenos, el mundo culturado se divide entre religión (otorgarle a fuerzas sobrenaturales la causa de todos los fenómenos) y la ciencia, que inventa un método para sacarle los secretos a la naturaleza, en el orden de entender sus mecanismos. Como la ciencia se autoproclama neutral, sus propósitos resultan al final materia de orden político, social y económico. El arte es, podría decirse, la parte más publicitaria de la cultura. La parte que evidencia y sintetiza su universo simbólico en cada caso, época, contexto. Asomarse al arte producido en cualquier momento de la historia de la humanidad, toda, no solo la centroeuropea o judeocristiana, nos conduce a tener un conocimiento, aunque parcial, certero sobre el espíritu de ese tiempo. Nos preguntamos qué tanto de memoria hay en el arte que se desarrolla desde los principios de la civilización. Cómo pasa de esta capacidad de retener información, que ya no es solo información objetiva sino también subjetiva, a construir imaginarios colectivos, símbolos, códigos de identidad. Estamos ante una disyuntiva interesante en lo que atañe a la memoria sobre los sucesos del 20 de Diciembre de 1989. Me voy a parar en dos conceptos acuñados por dos estudiosas del fenómeno arte y memoria: Lisa Saltzman (Profesora de Historia del Arte Presidenta Fundación Andrew W. Mellon en Humanidades Ph.D., de la Universidad de Harvard) , que habla de la memoria como trauma colectivo y el de Joan Gibbons (Doctora y docente de esta materia en Reino Unido), que habla del arte como estrategia para que la memoria individual se constituya en un elemento de importancia suprema en el conocimiento del mundo, los individuos y las colectividades. En el primer caso, Saltzman habla de tres etapas: • Materializar un pasado que ya no existeBuscar estrategias de representación del pasadoDeterminar los marcos tangibles del recuerdo Materializar un pasado que ya no existe significa hacerlo tangible. Es lo que hicieron los primeros homínidos cuando dibujaron escenas de su vida en las paredes de las cavernas. Es lo que hizo Homero a quien se le atribuye la Iliada, los últimos días de Troya. Es lo que hacen los pueblos originarios manteniendo en sus cantos orales de generación en generación sus códigos primarios. Conocemos algo de los códigos culturales de los Maya Kichés en ese libro de cantos llamado el Popol Vuh, traducido por un sacerdote lúcido. Buscar estrategias de representación del pasado. Cuando no se tiene la certeza de los hechos a recordar, se busca la memoria de los testigos y los protagonistas, como punto de referencia. Se busca en los documentos si los hay, se busca en las recopilaciones individuales, en los registros personales, tratando de construir lo colectivo a partir de lo que cada individuo haya podido retener. Ante la falta de héroes, se exalta la huella o la sombra de las víctimas y su sacrificio. Determinar los marcos tangibles del recuerdo. El memorial. Cuando el pasado es confuso y tiene muchas versiones, se recoge la parte del suceso en el que se coincida, en el que se pueda hallar un mínimo de empatía, y se construyen los marcos referenciales a partir de allí. En ese sentido, el rescate de los nombres y las identidades de víctimas de sucesos de importancia para la colectividad hace más factible lo qué recordar para darle significado cultural. Por otro lado, Gibbons va un poco más allá al analizar el producto artístico en el ámbito de la memoria como la mejor estrategia para darle significado, incluyendo el contexto y las decisiones estéticas. Su ampliación incluye: Autobiografía (la suma de lo que cada testigo presencial recuerda y guarda) La huella (recuerdo directo, las ruinas, las fosas, espacios públicos desaparecidos, las tumbas, la orfandad, la discapacidad) Revisiones históricas (ensayística, análisis, documentales, datos fríos, conversatorios, paneles, nuevos descubrimientos) Post-memoria (memoria traumática de los que no vivieron el hecho, segundas o terceras generaciones, el acercamiento de estas generaciones al tema que generó el trauma a través del cuento, la fotografía, la novela histórica, monumentos a las víctimas o héroes y heroínas, el cine, cómo recordar algo teniendo como fuente la memoria ajena) Representaciones (teatro, cine, pintura, escultura, la memoria traumática toma cuerpo con interpretación) memoria viva. Abuelas de plaza de mayo, representaciones que año tras año hacen los dules de a revolución de 1925, semanas santas en vivo. En el doc de Abner hay un intento de representación con la gente. La memoria episódica: si el evento traumático forma parte de una cadena más compleja de sucesos. Como un contínuo. Caso cátedra relaciones de Panamá con USA. Museos y archivos. Compilar, recopilar, armar colección, aplicar un criterio a lo recopilado o compilado para construir claves de memoria, dar acceso mediante espacios designados o itinerancia. Ejemplos museos del holocausto, 11 de septiembre, colecciones de fotografía sobre las víctimas del Kmer-rojo, pietaje y archivos fotográficos de los días críticos. La invasión norteamericana a Panamá, es indudablemente un ejemplo de memoria trauma que ha sido sostenida en el tiempo por los artistas, intelectuales e investigadores panameños, en un enorme esfuerzo por salvar del olvido, sobre todo a las víctimas. Sin embargo todavía nos falta, como tarea extender esos esfuerzoS. BIBLIOGRAFIA Lisa Saltzman: Making Memory Matter: Strategies of Remembrance in ContemporaryArt. Chicago: The University of Chicago Press, Joan Gibbons: Contemporary Art and Memory. Images of Recollection and Remembrance. Londres: I.B. TAURIS, 2007.