domingo, 21 de mayo de 2017

Hasta luego Sofia

Copio este Poema que me envió Manolito Handall cuando hice un post de otros amigos idos.
Gracias Manolo, mejor no lo puedo decir.

DE DIOSES Y ADIOSES

Puede que no tengamos que sentir tristeza.
Que no se apague del todo la vida con la muerte.
Que nos sigamos viendo cada tarde
y en un corto paseo, hablemos de los hijos
de las mañanas casi tan parecidas
de este dormir tan breve y tan contínuo
y de todos los árboles. Aquellos
que plantamos para que nos recordaran
con su alma vegetal, cuando ya no estuviéramos.
Puede que nos encuentren
uno al lado del otro
los amigos que un día se perdieron
y nos digan sonriendo:
- Nosotros ya volvemos -
Pues quizás sea un volver.
Una especie de vida al revés
y otra vez al principio.
Encontrándonos siempre
sobre los únicos pasos que ensayamos
sin llegar a morirnos del todo.
O, acaso, acostumbrándonos
lentamente a otra vida
de la misma manera
que se aprende a vivir
en cada nacimiento.
27 de julio de 2014, 18:03:00 GMT-7
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domingo, 30 de abril de 2017

Micro cuento de Consuelo Tomás

1
Leonardo se sentó bajo el sicomoro con el cuaderno abierto y el lápiz entre sus dedos inquietos,  esperando que la naturaleza le contara su próximo secreto. Comenzó a llover. Corriendo para proteger su recuento de curiosidades, mecanismos e inventos,  fue a refugiarse junto al caballo apodado Fulatino, en el establo de la casa en la que se hospedaba por esos días, camino de Milán. Poco a poco se fue quedando dormido con el zumbido de una mosca a mediodía. Cuando despertó, su cuaderno tenía dibujado en trazos finos, una orquídea, y encerrada entre signos de interrogación, la inquietante palabra: sexo


lunes, 27 de marzo de 2017

EL MORISQUETO



Amo las palabras. Toda la vida he lidiado con ellas en el mejor sentido. Sus significados cambiantes, sus formas estrafalarias, y la manera en que interpretamos su sentido. La lexicografía entonces me entusiasma, tanto como el helado de chocolate.

En todos los diccionarios con los que me arropo, no encontré esta entrada, que es como le llaman a las palabras en estos adminículos. En ninguno. Por ahí aparece como un toro de El Juli, un capo de algo, pero como palabra, no. Ninguno.

Siempre he insistido en que lengua, es cultura. De alguna manera, nos define. Dice de nosotros, de lo que sentimos, pensamos creemos. Solía pensar que era como la masa del pan: se le puede dar cualquier forma y sabor. Pero descarté esa metáfora, porque el pan, luego que entra al horno, ya no se puede cambiar. Entonces prefiero pensar que más bien es como el agua. Adquiere la forma del recipiente en el que entra. En este caso, nuestra cultura, experiencia, nuestra forma de pensar.

Encontré por supuesto “morisqueta” que en el todopoderoso diccionario de la RAE indica: “carantoña, mueca”. O ya bien “arroz cocido sin sal, propio de Filipinas” y además “acción con quien alguien pretende engañar, burlar o despreciar a otra persona”.

El morisqueto  ¿es entonces un invento panameño? En mi personal diccionario, mi lexicografía particular y cariñosa, podría decir que es “individuo de cualquier sexo que expresa con su rostro, su conducta, su cuerpo un estado de ánimo laxo, cómico, animado y generalmente alegre, próximo al ridículo, pero feliz”.


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Ciertos programas de televisión que tienen como objetivo mayúsculo la burla de sus semejantes, han dado carta de autenticidad al morisqueto, pero lo relacionan con el típico borrachín callejero que no tiene inhibición alguna para bailar, cantar, abrazar, besar. Debe haber morisquetos en todas partes del planeta. Pero les aseguro que la palabra y lo que define, es panameña.