sábado, 7 de mayo de 2011

La muerte nos visita

La muerte es un hecho natural, o al menos debe serlo. Crecemos, envejecemos y nos vamos. Eso es lo que se esperaría, pero ocurre que las decisiones que tomamos todos los días, nos llevan por causa o por azar, a la felicidad o a la desgracia, a la cima o a la muerte. El amigo y compañero de sueños por un mundo mejor, Raul Leis, fue víctima de la buena fe, de la confianza, y también del azar. No se esperaba que muriera por un medicamento (los medicamentos deben aliviar, no dañar)pero sucedió y nos dió a todos los que le queríamos y admirábamos, una razón enorme para la tristeza, la añoranza, la reflexión. No se puede hacer otra cosa que recordarlo bien, en las muchas cosas que levantó, los libros que escribió, la sabiduría que compartió. No conozco bien a sus hijos más pequeños, apenas a Jahir,el mayor, un abogado comprometido con las luchas por la democracia en las que su padre siempre estuvo. El llanto desconsolado de Mariela, su compañera en todo, me llegó muy hondo y también me llenó de impotencia, porque yo que me llamo como me llamo, allí no podía hacer nada para aportarle tranquilidad y valor. En el único lugar donde Raúl está ahora, es en nuestra memoria, y a esa hay que mantenerla viva.

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